viernes, 1 de julio de 2011

EVALUACIÓN DE LAS CAMPAÑAS ELECTORALES Y NUESTRA RESPONSABILIDAD PARA EL FUTURO ESTADO





EVALUACIÓN DE LAS CAMPAÑAS ELECTORALES

Y NUESTRA RESPONSABILIDAD PARA EL FUTURO DEL ESTADO



Comunicado de la Diócesis de Saltillo



Queremos expresar una serie de preocupaciones que se desprenden de la observación de la Campaña Electoral que vivimos en el Estado de Coahuila. Nuestra preocupación surge del modelo socio político preocupante que se está configurando para el futuro en nuestro estado.




La violencia ensombrece y condiciona este proceso electoral

Nos encaminamos a una jornada electoral en el Estado en medio de un clima de violencia que contradice el espíritu de libertad con el que los ciudadanos deberían expresar su voto y nos preguntamos ¿Qué propuestas viables y de fondo proponen los partidos políticos y candidatos que participan en la contienda?, Propuestas que ofrezcan una salida urgente a esta situación de violencia que masacra a nuestro pueblo.



Desgraciadamente, en pleno proceso electoral, las extorsiones, las desapariciones forzadas y los secuestros se incrementaron contra la población en general. En Torreón tuvimos una masacre de jóvenes y en los últimos días han continuado los asesinatos en esa ciudad. Los enfrentamientos de fuerzas federales con grupos de la delincuencia organizada en zonas pobladas han puesto en grave riesgo a la población. En Monclova, un acontecimiento de este género paralizó media ciudad casi un día completo. Esto sucedió durante el transcurso de la celebración de las campañas. Los candidatos no hicieron propuestas concretas que respondieran a la inseguridad, y ni siquiera buscaron el acercamiento con grupos o familias víctimas de la violencia, ni mostraron gestos de solidaridad hacia un pueblo que vive en estas condiciones, pueblo que ellos desean gobernar.



Mientras en Coahuila la violencia sube de tono cada vez más, los candidatos de todos los partidos políticos se dedicaron a realizar promesas superficiales, como por ejemplo el seguimiento de obras públicas o programas sociales que sólo tienen como finalidad ganar adeptos. Las dádivas a través de las tarjetas quedaron evidenciadas sólo para que el voto les favoreciera.



No se puede garantizar el voto libre en medio de un clima de terror. Nos preguntamos si durante esta campaña todos los partidos cuestionaron y señalaron qué van ha hacer para fincar responsabilidades, tanto a nivel estatal como federal por las víctimas que en tantos hechos violentos se han dado en el Estado.



Balance de esta campaña y consecuencias previsibles

En general podemos decir que vimos a unos candidatos y partidos totalmente lejanos a la realidad de nuestro pueblo de Coahuila.



El Estado de Coahuila es una tierra dañada por la violencia social, la inseguridad, el desempleo. Nuestro pueblo vive un creciente y acelerado empobrecimiento, el campo está muerto, el pueblo busca desesperadamente soluciones a su orfandad social; nada de esto aparece en las "propuestas” de los candidatos porque en realidad nunca las hubo, fueron más bien pronunciamientos etéreos y convencionales, enunciados partidistas, acusatorios, intentaron humillarse y destruirse mutuamente, se quedaron en provocaciones vergonzosas de descalificación poniendo a la luz su respectiva corrupción.















No ha sido posible desaparecer durante este proceso una terrible sospecha que duele y avergüenza: que muchos funcionarios públicos de los diferentes niveles de gobierno fueron forzados para convertirse en colaboradores de los actos de campaña. Esta es otra modalidad de la violencia.



Con esas actitudes, lo único que se ha logrado durante este proceso fue añadir la violencia electoral a la ya profunda violencia estructural que existe, cuya primera consecuencia es la indignación ciudadana y la polarización política. Se prepara así un escenario de encono para el próximo periodo gubernamental. La violencia a los derechos políticos, sin respeto alguno por los derechos ciudadanos, nos puede arrastrar a enfrentamientos y al recrudecimiento de los partidismos y el clientelismo, contrarios al espíritu democrático, fundamento de la solidaridad  y de la auténtica identidad ciudadana.



Desgraciadamente durante este proceso electoral no se abrió el espacio al diálogo y al encuentro ciudadano que nos ayudara a asumir responsablemente la problemática que vivimos en el Estado; diálogo y encuentro que nos llevara a establecer un pacto social colectivo para dar respuesta a los clamores de justicia, de desarrollo, de cohesión social y de respeto a los derechos humanos.



En todo este tiempo electoral tampoco se dio lugar a un verdadero debate para identificar en sus causas, como ciudadanos responsables, la problemática que vive el Estado. No se buscó un encuentro popular que llevara a un pacto social colectivo que diera respuesta a los innumerables clamores de justicia, de desarrollo y de integración social.



Ante semejante panorama, el futuro de Coahuila está en manos de los ciudadanos que, como hemos dicho los obispos, quieran ayudar a corregir el rumbo de nuestro país y de nuestro Estado. Por ello quiero recordarles nuevamente la exhortación que en nuestro mensaje les hacíamos: "La Constitución Mexicana nos concede el derecho irrenunciable a elegir a quienes consideramos las personas aptas e íntegras para conducir a Coahuila y al país por caminos de justicia y de paz. Cualquier intento de condicionar el voto por medio de amenazas, presiones o dádivas, que atente contra la libertad del elector, es un delito y debe ser denunciado".



Nada ni nadie puede condicionar nuestro voto, es necesario que lo emitamos con plena conciencia; la solución no está en abandonar nuestra responsabilidad ciudadana. No votar es una irresponsabilidad tremenda. No presentarte a las urnas es dejar a otros que voten por ti. En el caso más extremo, si no te convence ninguno de los candidatos, puedes acudir al derecho que la ley te da de anular tu voto en la misma casilla, éste es otro de los caminos que la Constitución te ofrece para expresar tus convicciones ciudadanas a través de las urnas, tú actuaste como una mujer o un hombre íntegro y dejaste, ante las autoridades electorales, un mensaje claro: Quieres participar en la vida política de tu pueblo, pero no estás dispuesto o dispuesta a claudicar a tus valores y a tu conciencia democrática. No acudir a votar te sume en el anonimato y autorizas a que se sigan violando tus derechos ciudadanos.






Saltillo, Coahuila, 1 de julio de 2011







Fray Raúl Vera López, O. P.                         Pbro. Fernando Liñán

           Obispo de Saltillo                               Comisión de Pastoral Social