martes, 10 de mayo de 2011

PARA QUE TENGAMOS PAZ Y JUSTICIA

PROMUNCIAMIENTO DEL P. PEDRO PANTOJA ARREOLA A NOMBRE DE LAS VICTIMAS DE LA VIOLENCIA EN COAHUILA EN EL MARCO DE LA MARCHA NACIONAL POR LA PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD

PARA QUE TENGAMOS PAZ Y JUSTICIA,  es urgente que regresen con vida nuestros familiares secuestrados y desaparecidos. Sin ellos no hay paz ni justicia, nuestras familias, nuestra sociedad no están completas.


Para que tengamos paz y justicia, es urgente frenar los crímenes de terrible crueldad social de los centenares de cadáveres en fosas de Tamaulipas, Durango, Zacateca y las no publicadas en Coahuila, porque esos cadáveres de personas vulnerables, humildes, migrantes nacionales y extranjeros, son testigos de muerte y de un silencio provocador, que nos convocan a un tribunal permanente, para enjuiciar no sólo a los autores miembros del crimen organizado, sino también a las autoridades cómplices, que no han activado profesionalmente una investigación profunda y menos el castigo de los culpables y la justa compensación a las víctimas. Los restos  de esas personas asesinadas nos duelen y nos horrorizan tanto, que es urgente declararlos parte de una memoria histórica, inolvidable, escrita para siempre en los libros de historia del salvajismo criminal unido a la impunidad de las fuerzas de seguridad. Que queden como paradigma y un referente permanente.

 Para que tengamos paz y justicia no basta publicar la crónica anunciada permanentemente, llena de dolor, de nuestros hermanos mineros muertos en la Región Carbonífera; no basta que se hagan presentes repudiados funcionarios públicos para lamentar el suceso, que sin hacer justicia, desvían tramposamente las culpabilidades. Entorno a este desastre, ya se sabía de las condiciones mortalesen que continúan esos trabajos mineros y no hay que ir hasta la Federación para señalar a los criminales y asesinos de los mineros.

Al volverse a tender el escenario de dolor y luto esas familias mineras, es necesario movilizar múltiples fuerzas sociales de intelectuales, activistas, empresarios honestos, las mismas familias mineras para elaborar un programa de trabajo, de justicia, de derechos humanos, con profunda sustentabilidad integral, económica, educativa, política y social, una mesa regional de trabajo y erradicar para siempre ese escenario de pobreza, de muerte, de explotación esclavista.

Para que tengamos paz y justicia, es urgente detener, a como de lugar, las múltiples violaciones, secuestros asesinatos, desapariciones de las personas migrantes, acabar con los delitos de trata laboral y sexual. NO ESTAMOS DE ACUERDO con la reciente iniciativa de la LEY DE MIGRACIÓN,  que sigue favoreciendo la inseguridad y el linchamiento de las y los migrantes y su privación de libertad en las estaciones migratorias.

Para que tengamos paz y justicia es urgente fortalecer la existencia de la SOCIEDAD CIVIL; es urgente estructurar todas las fuerzas sociales autónomas. GENERAR UNA REACCIÓN POPULAR, ORGANIZADA, PARTICIPATIVA, CREATIVA, MOVILIZADORA, QUE PROVOQUE UN MOVIMIENTO CIUDADANO. Que a partir de estos acontecimientos, nos comprometamos a la construcción permanente de ciudadanía, que desborde y supere el calentamiento oportunista del próximo proceso electoral. Que no descansemos hasta haber promovido foros regionales y agendas ciudadanas de seguridad pública.

Para que tengamos paz y justicia es urgente establecer un día concreto y planeado, consensado y definido colectivamente, para proclamarlo en todo el estado, DÍA DE LA SOCIEDAD CIVIL, CON LA PARTICIPACIÓN DE TODOS LOS ACTORES INDIVIDUALES Y COLECTIVOS DE CIUDADANÍA, LUCHANDO socialmente para que en un tiempo ya próximo y real, no siga existiendo este escenario de dolor, de coraje, tristeza, inseguridad  y miedo, sino uno diferente, un escenario de fiesta ciudadana, de sueños, de propuestas de esperanza, de una activa ciudadanía y sociedad civil organizada, liberada de todo inmovilismo y sometimiento, para que entonces cesen la impunidad  y la corrupción, el desempleo, la explotación de la mujer, la burla de los derechos humanos, la persecución a defensores y defensoras de la justicia, para que entonces sí tengamos, lo que todos y todas anhelamos ardientemente PAZ Y JUSTICIA.


(Padre Pedro Pantoja, asesor de Belén, Posada del Migrante, leyó el documento al final de la manifestación en la Plaza de Armas a nombre de las víctimas de la violencia en Coahuila).